Principios Generales

Para un paciente con sospecha de infección por ABRC deberemos mantener el mismo enfoque que para el resto de los pacientes con sospecha de infección que se utiliza en nuestra práctica diaria basado en los principios generales del PRIOAM:

  1. ¿Está indicado el tratamiento antibiótico en este paciente?
    • Se incide en la importancia de realizar el diagnóstico correcto del paciente con sospecha de infección por ABRC, distinguiendo aquellos aislamientos microbiológicos que puedan ser colonizaciones, en ausencia de síntomas o signos clínicos sugerentes de infección; o en su presencia, valorando causas alternativas a los mismos para evitar el incremento innecesario de la presión antibiótica.
    • Se recuerda la importancia de considerar de forma general solo los aislamientos de muestras estériles (sangre, líquido cefalorraquídeo) como infecciones verdaderas y aquellos de muestras no estériles (frotis, aspirados de secreciones, orina) como colonizaciones. Tras ello realizar la valoración clínica individual.
  2. ¿Cuál es el síndrome infeccioso sospechado?
    • El diagnóstico del síndrome infeccioso deberá siempre realizarse utilizando los criterios clínicos y apoyados en las pruebas complementarias pertinentes. Tiene fundamental importancia para la elección de la terapia dirigida en el manejo de ABRC.
  3. ¿Qué muestras microbiológicas debo extraer para el diagnóstico?
    • Se deberán tomar las muestras microbiológicas pertinentes aplicando la metodología de toma de muestra, trasporte y procesamiento adecuados para el diagnóstico definitivo de la infección y el síndrome infeccioso. No olvidar realizar hemocultivos diferenciales en pacientes con catéteres centrales, toma de muestra respiratoria por aspirado bronquial o lavado bronquial en pacientes con ventilación mecánica invasiva y muestra de orina recogida por sondaje. En el caso de otros dispositivos o muestras biológicas (heridas, válvulas, derivaciones, drenajes), las muestras enviadas deberán ser correctamente interpretadas. Evitar enviar muestras cuya interpretación pueda dificultar las decisiones clínicas por ser poco fiables para diferenciar colonizaciones de infecciones, como frotis de herida (se prefiere aspirados de secreciones o biopsias), o aspirados nasofaríngeos (no son valorables para la infección respiratoria).
  4. ¿Cuál es el antibiótico más apropiado?
    • La elección del antibiótico más apropiado deberá tener en cuenta la mayor actividad posible frente al patógeno, la mejor penetración posible en el sitio de la infección, el menor espectro posible y la menor toxicidad posible.
  5. ¿He aplicado las medidas para el control del foco de la infección?
    • En el manejo de las infecciones por patógenos multirresistentes este punto es de fundamental relevancia y puede determinar el éxito de la intervención. La retirada/recambio de catéteres infectados y drenaje de abscesos deberán tener un papel primordial en el manejo.
  6. Evalúa la respuesta al tratamiento, interrumpe, optimiza, valora pasar a vía oral y define la duración del tratamiento.
    • Reevaluar la respuesta al tratamiento del paciente tras el inicio de la antibioterapia empírica. A las 48-72 horas con resultados de los cultivos y otras pruebas complementarias definir si el paciente se encuentra en estos supuestos:
      1. Infección confirmada microbiológicamente: Antibioterapia dirigida según antibiograma. Duración del tratamiento según síndrome infeccioso (revisar en www.guiaprioam.com).
      2. Infección no confirmada microbiológicamente: Paciente con datos clínicos y exploraciones complementarias que sugieren una infección, donde no se ha podido aislar un patógeno y en el que se ha descartado otras causas posibles. Elección de antibioterapia según patógenos más frecuentemente asociados a síndrome infeccioso y grupo etario, duración más corta posible según síndrome infeccioso identificado (revisar en guiaprioam.com).
      3. No infección: Se deberá suspender el tratamiento antibiótico.
      4. Se deberá optar por el paso a la vía oral siempre que sea posible cuando existan alternativas con buena biodisponibilidad en pacientes estables, con infección controlada y que no presenten problemas para la absorción del medicamento.